El 29 de Junio de 2007, un exultante Steve Jobs anunciaba al mundo que Apple había reinventado el teléfono. Y en efecto, al lanzar el primer iPhone de la historia, no sólo se reinventó el teléfono sino que modificó radicalmente la forma en la que los seres humanos funcionamos en el mundo y al día de hoy, difícilmente podríamos entenderlo sin un smartphone en la mano.
Sin embargo, muchos de los más reputados expertos en tecnología coinciden en que desde 2014 a lo menos, ni Apple ni ninguna gran tecnológica ha desarrollado algún cambio realmente revolucionario y más bien se han dedicado, año tras año, a lanzar nuevas mejoras de lo ya desarrollado. Una mejor cámara, una mejor pantalla, uno que se dobla, etc.
Pero algo realmente innovador, algo que a lo menos intente parecerse un poco a aquello que vimos en 2007 y que creó un antes y un después en la historia de la humanidad… la verdad… nada.
La tecnología cada vez más invisible.
El ser humano, sin embargo, posee una condición única entre las especies: Siempre estar insatisfecho.
Y como siempre estamos inquietos y no nos conformamos, ya han aparecido grandes cerebros planteándose no simplemente cómo hacer un mejor iPhone, sino cómo debemos interactuar con la tecnología en el futuro que viene. Y las preguntas que surgen son algunas como: ¿andaremos con este aparato rectangular en la mano el resto de nuestras vidas? ¿Estamos condenados a perder la conexión con el mundo real por estar sometidos a la tiranía de la pantalla de este rectángulo?
¿Qué debiera venir ahora entonces?
El más legendario analista de tecnología, Walt Mossberg, escribió antes de retirarse en 2017 que la computación está destinada a ser cada vez más invisible para las personas. Y en efecto, desde los computadores de escritorio hasta los smartphones que llevamos en el bolsillo, todo siempre va en la dirección de requerir cada vez menos atención por parte de los usuarios. Cada vez depender menos de nuestra acción para darnos aquello que le pedimos. Cada vez menos nuestro cuerpo deberá tener que interactuar con ella para recibir sus beneficios.
Y es ahí donde comienzan a dibujarse las nuevas fronteras del futuro. Sobre todo, con la irrupción del avance más revolucionario que hayamos visto en tecnología, probablemente desde la invención de la máquina a vapor: La Inteligencia Artificial.
Humane AI Pin: ¿la próxima revolución?
¿Porqué estar manoseando un teléfono si sólo podríamos hacer una pregunta para saber lo que necesitamos? Vaya pregunta. La clave de todo está en revolver sobre el concepto de “User Interface” y hacer posible lo que realmente nos debe importar: la habilidad de estar presentes.
¿Por qué no poder revisar nuestros emails y programar reuniones del día mientras andas en bicicleta? ¿Es necesario tener que sacar un smartphone y presionar un botón para grabar parte del recital que estás viendo de tu artista preferido?
Estás son las preguntas que Imran Chaudhri y Bettany Bongiorno comenzaron a hacerse hace ya unos años. Ambos ingenieros en la más alta jerarquía en Apple, trabajaron por casi 20 años en esa compañía como miembros clave en el desarrollo de sus grandes avances (iPods, iPhones, Apple Watch, etc) y conocieron de primera mano el desafíar los límites de lo posible.
Los fundadores de Humane: Imran Chaudhri y Bettany Bongiorno, quienes además son matrimonio.
Además de estar casados, compartieron el hambre de dirigirse hacia nuevos rumbos y decidieron fundar a fines de 2018, Humane, una compañía cuya misión sería la de innovar en una tecnología que nos resulte más cercana, natural y sobre todo, humana.
Desde entonces, se han transformado en una compañía de 200 empleados, gran parte de ellos provenientes de la misma Apple y ha logrado atraer la participación en su desarrollo a inversionistas de empresas como LG Technology Venture, Volvo, Microsoft, Qualcomm Ventures y nada menos que el CEO y fundador de OpenAI, Sam Altman.
Su creación estrella y para muchos la próxima revolución que podría enterrar al mismísimo iPhone, es el Humane Pin AI. ¿Qué es? Te lo cuento.
Humane AiI Pin es un dispositivo pequeño que se adhiere a la ropa tal como lo harías con un pin en tu solapa (quizás no tan pequeño) y que está full conectado a la web y a la inteligencia artificial. Cuenta con una amplia gama de cámaras inteligentes y sensores para generar lo que se denomina “conexiones contextuales y ambientales». El Ai Pin se vincula a una plataforma de software que aprovecha el poder de Ai para crear experiencias de conectividad y computación con una interfaz completamente personal e innovadora.
Este Pin, gracias a esas sensores y cámaras permiten “entender” todo lo que sucede alrededor del usuario y resolver todo aquello que éste requiera mientras está haciendo su vida normal. Preguntar por dónde está más despejado el tránsito, escuchar el resumen de sus emails, analizar el contenido de un alimento que tiene frente a él o comunicarse con un extranjero en un idioma completamente desconocido.
Además, la interacción con el dispositivo se realiza también a través de los gestos de las manos y de una proyección que surge del propio dispositivo para proyectarse en múltiples superficies, incluso en la palma de la mano.
Te llevo para que me lleves.
Tal como profetizara Mossberg, la dirección del vector de esta innovación apunta a llevar la tecnología cada vez más hacia la invisibilidad del usuario y hacer que ésta se complemente lo más posible con la vida de la persona y no que la persona deba adaptarse al dispositivo.
Si lo pensamos bien, el hecho de vivir la vida cargando un aparato rectangular en la mano es contra natura. De hecho, cualquier madre o padre de adolescente reconoce la cantidad de pantallas que ha debido comprar porque sus hijos no logran pasar más de 6 meses sin que se les rompa. Hagan el ejercicio de ver gente en las calles y verán que probablemente no menos del 75% está ensimismado mirando su celular, mientras se pierden de apreciar todo lo que sucede alrededor.
Más allá de la proeza tecnológica, lo cierto es que Imran Chaudhri y Bettany Bongiorno han abierto un portal mágico al llevar la enorme potencialidad de la inteligencia artificial a nuestra vida diaria y dotarnos de posibilidades infinitas. Pero aún más que eso, han relevado algo que me parece más trascendental. Entender que el valor de la tecnología es proveernos de una mejor vida pero no a costa de desconectarnos del mundo, sino justamente lo contrario.
Para conocer más sobre esta nueva tecnología y el reenfoque, mira la conferencia TED que hizo Imran en abril de este año.
La respuesta sobre si realmente esta tecnología sea la que venga a reemplazar a los smartphones yo al menos no la tengo. Pero lo que me parece muy interesante es la vision conceptual que hay detrás de ella. El cómo pensar fuera de la caja, replantearse las cosas y mirar la realidad con otro encuadre.
Son, al final del día, las reales semillas de la creatividad y la innovación.